Otro caso más para la incansable lista de tragedias relacionadas a los videojuegos. Aunque en esta ocasión el incidente no tuvo víctimas, estuvo cerca de contabilizar otro deceso por jugar más de la cuenta.
Resulta que un gamer de Ohio, Estados Unidos, era tan adicto a Call of Duty: Modern Warfare 3 que no paró de jugarlo por cuatro días consecutivos. Tyler Rigsby, de 15 años, se encerró en su habitación todo el fin de semana y apenas salió algunas veces para usar el baño y comer algunas botanas de la cocina.
Después de muchas partidas por fin decidió apagar la consola y salir de su cuarto para luego caerse en tres ocasiones. De acuerdo a su madre -que misteriosamente nunca le dio importancia a verlo encerrado tanto tiempo- Tyler estaba ausente, “la veía pero era como si no estuviera ahí”.
El joven fue internado por un severo problema de deshidratación y al parecer sus días de gaming extremo han terminado (al menos eso dice su mamá).
Fuente: yahoo.com vía niubie
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